¿Estáis pensando en viajar a Dublín próximamente? ¿Os habéis ido de Erasmus todo el curso y queréis conocer a fondo la ciudad? ¿O quizá trabajáis allí y no sabéis qué hacer un fin de semana? En la entrada de hoy os traemos 8 planes imprescindibles que ver en Dublín, así que … ¡seguid leyendo para descubrirlos!
Visitar la Guinness Storehouse y ver Dublín desde lo alto
Uno de los símbolos irlandeses por excelencia es esta conocidísima cerveza negra. Son tan solo cuatro los ingredientes que le otorgan a la Guinness ese sabor tan especial: agua, lúpulo, levadura y cebada.
La Guinness Storehouse es la destilería en la que se fabrica esta peculiar bebida y se sitúa en St. James’s Gate. Se trata de un complejo enorme, pero lo que puede visitarse es únicamente uno de los edificios, habilitado como museo, que consta de nada más y nada menos que 7 plantas.
Nosotros os recomendamos que reservéis una mañana o tarde para visitar la Guinness Storehouse. Es cierto que el precio de la entrada es alto (cuando fuimos no era tan caro, pero ahora mismo la opción más económica son 22 euros, 19 euros si sois estudiantes), pero, aunque sea sólo una vez, para nosotros mereció la pena pagarlo. Lo que más nos sorprendió es que no se trata de un museo al uso. Si bien al principio se centra en relatar la historia y el proceso de fabricación de la cerveza, una vez termina esta parte todo se vuelve mucho más entretenido e interactivo: encontraréis juegos, vídeos explicativos e incluso llegaréis a una sala de degustación en la que un profesional os explicará todos los pasos que debéis seguir para degustar correctamente una Guinness.

El final del recorrido termina en el Gravity Bar, situado en la última planta del edificio. Desde allí, podréis disfrutar de unas vistas espectaculares mientras saboreáis una increíble Guinness (incluida en el precio de la entrada). ¿Qué más se puede pedir?

Nosotros escogimos la opción más económica, pero existe la posibilidad de pagar por otras experiencias por un precio más elevado. Podéis consultar las diferentes ofertas y reservar online en su página web.
Phoenix Park, un parque en el que ver ciervos en Dublín
Con una superficie de 700 hectáreas, el Phoenix Park es el parque urbano más grande de toda Europa. Aunque seguramente hayáis oído hablar de él por los famosos ciervos que viven allí, dentro podréis encontrar otros puntos de interés de los que ahora os hablaremos. Y, por si acaso lo dudabais, no os preocupéis: la entrada es totalmente gratuita.
Este enorme e impresionante parque se encuentra algo lejos del centro, por lo que para llegar hasta su entrada podéis ir en autobús o en tranvía, y en apenas 20 minutos estaréis allí.
Como decíamos antes, lo que caracteriza especialmente al Phoenix Park es la reserva de ciervos que habita en su interior. Están repartidos por diferentes zonas del parque, pero para llegar a verlos es necesario caminar un buen rato por la avenida que lo cruza (Chesterfield Avenue). Para los más perezosos, también existe la posibilidad de alquilar una bici a la entrada del parque y recorrerlo montados en ella, aunque no es una opción barata.
En cuanto a los ciervos, estos suelen ser animales tranquilos y, de hecho, mucha gente lleva zanahorias o pan para intentar darles de comer. No obstante, en ocasiones pueden llegar a ser algo asustadizos, así que conviene acercarse despacio. Nosotros tuvimos la suerte de poder verlos y nuestra experiencia con ellos fue buena. Pero lo que sí os aconsejamos es que, si veis al macho de la manada (al cual reconoceréis por su gigantesca cornamenta), tengáis cuidado, ya que suele ser el encargado de proteger al resto y, si os ve como una posible amenaza, puede que os llevéis un pequeño susto y tengáis que salir corriendo.

Algo muy curioso del Phoenix Park que no todo el mundo sabe es que, dentro de él, se encuentra la residencia oficial del presidente de Irlanda. La verdad es que la Áras an Uachtaráin (casa del presidente en irlandés) recuerda un poco a la icónica Casa Blanca estadounidense, aunque su tamaño es bastante menor que el de la original. Si os desviáis un poco hacia la derecha de Chesterfield Avenue, podréis ver la fachada principal desde fuera.
Además de la casa presidencial, en el parque también podréis encontrar el Zoo de Dublín, la residencia del embajador de EEUU y monumentos como el obelisco Wellington’s Testimonial y la Papal Cross.
Pasear por Temple Bar y tomar una pinta
Una vez empieza a anochecer, Temple Bar es sin lugar a dudas nuestra zona favorita de Dublín. La vida que hay en sus calles, la iluminación nocturna, las coloridas y originales fachadas de sus pubs, la música que sale de ellos e invade el ambiente… Todo ello hace que se cree una atmósfera absolutamente mágica y única.
El barrio de Temple Bar está repleto de pubs y restaurantes típicos en los que podréis probar platos típicos irlandeses o uno de los muchos tipos de cervezas que ofrecen. Además, como es común en toda Irlanda, en la mayoría de estos locales podréis disfrutar de música en directo, lo que hará que vuestra experiencia allí sea aún más inolvidable.

De entre todos los pubs, el Temple Bar es el que más fama tiene (y por tanto en el que más cola para entrar suele haber). Lo reconoceréis gracias a su preciosa e inconfundible fachada roja. El dueño de este icónico pub tuvo una gran idea de marketing, y decidió llamar a su local con el mismo nombre de la zona. Por eso, aunque el interior del bar es bonito, podéis entrar en cualquier otro pub de la zona, no tiene por qué ser en este. En la mayoría encontraréis música en directo y, en todos ellos, disfrutaréis de ese ambiente irlandés tan único.
En general, la zona de Temple Bar es bastante cara para tomar algo (unos 6 o 7 euros la pinta). Pero aunque solo sea por una vez, nuestro consejo es que entréis a uno de los muchos pubs que hay, disfrutéis de una buena Guinness o Hop House y os sumerjáis en ese ambiente irlandés tan característico.
Howth, un pequeño pueblo pesquero cerca de Dublín
Si creéis que ya lo habéis visto todo en la capital irlandesa, quizás esto os interese. En media hora desde el centro de Dublín podéis llegar a este precioso pueblo de pescadores en el que también viven simpáticas focas.
Este pequeño pueblo es perfecto para pasar la mañana (o incluso el día) y respirar algo de aire fresco mientras disfrutáis de un bonito paisaje costero. Para llegar hasta él podéis coger tanto un tren como un autobús; dependiendo del momento del día, pasan cada hora o incluso cada media hora, así que no tendréis problemas para encontrar uno que se adapte a vuestro horario.

Una vez en Howth, podréis pasear por la zona del muelle y el puerto, donde probablemente veréis un grupo de focas esperando a que los turistas les den algo de comer (a pesar de que está prohibido). También podéis tomar algo en una de sus acogedoras cafeterías, dar un vuelta por el Howth Market o visitar su castillo.
Pero sin duda lo que más merece la pena de Howth es hacer alguna de sus rutas, dependiendo del tiempo del que dispongáis. Nuestra recomendación es que hagáis la que transcurre más cerca del mar y que lleguéis al menos hasta el faro. Las vistas son increíbles.
O’Connell street y The Spire
Esta transitada calle constituye la arteria principal de la ciudad. O’Connell Street se encuentra en pleno centro de Dublín y en ella se alza uno de los monumentos más originales de la ciudad: The Spire (también conocido como Monumento de la Luz).
A lo largo de O’Connell Street podréis encontrar multitud de tiendas de recuerdos, restaurantes y cafeterías. A nosotros lo que más nos gusta es el tramo final, ya que desemboca en el río Liffey y las vistas desde el O‘Connell Bridge son muy bonitas. Además, desde aquí podréis ir al resto de puentes que atraviesan el río.

El más famoso de todos es el Ha’Penny Bridge, un puente blanco y bastante estrecho que data del siglo XIX. Se cree que su nombre procede de dos historias: la primera, que su forma recuerda a la moneda de medio penique (half penny) y, la segunda, a que esta cantidad de dinero era lo que se requería para poder atravesarlo.
Estatua de Molly Malone
Otro de los emblemas de la capital irlandesa es esta estatua que se encuentra junto a la iglesia de St. Andrew’s. Este icónico monumento se construyó en honor a una canción popular irlandesa que hablaba sobre una mujer llamada Molly Malone.

Aunque nunca se ha podido probar su verdadera existencia, según la canción esta mujer era una bellísima pescadera que recorría las calles de la ciudad vendiendo mejillones y berberechos con su carreta. La leyenda urbana también dice que por las noches ejercía como prostituta y que, finalmente, murió en la calle debido a una enfermedad.
Sea como fuere, lo cierto es que la visita a esta estatua es una parada obligatoria durante vuestro tour por Dublín. Además, es tradición hacerse fotos con ella tocándole sus pechos porque, según la tradición irlandesa, trae buena suerte.
Trinity College
Ubicada en pleno centro de Dublín, Trinity College es una de las principales atracciones de la ciudad. Se trata de la universidad más antigua de Irlanda y su biblioteca conserva la colección de manuscritos antiguos y obras de la literatura inglesa más importante del país.
La universidad está formada por un conglomerado de edificios en los que se reparten las diferentes facultades. Asimismo, consta de un campanario, una capilla, dos campos de fútbol y de numerosas zonas verdes por las que poder pasear.
No obstante, como os contábamos al principio, lo más destacado del Trinity College es su biblioteca. En ella podréis encontrar la Book of Kells Exhibition, un pequeño “museo” que contiene interesantes obras y manuscritos. El que más destaca de entre todos ellos es el Libro de Kells, el manuscrito medieval más famoso conocido hasta la fecha. Sin embargo, a nosotros lo que nos fascinó fue la Long Room, la sala principal. Esta alberga largas filas de estanterías llenas de libros y bustos de personajes históricos, pero su techo abovedado y de gran altura será lo que realmente os quite el habla.

Es cierto que la entrada a la biblioteca y a la exposición no es precisamente barata (el precio ronda los 14 euros por persona), pero nosotros os aconsejamos que, si podéis, no perdáis la oportunidad de visitarla. Según nos contaron cuando estuvimos allí, en el caso de que conozcáis a un estudiante de Trinity College, quizás tengáis la suerte de entrar gratis, ya que los estudiantes pueden visitarla gratis junto con al menos un acompañante.
Dicey’s Club
Por último, pero no por ello menos importante, queremos hablaros de este bar-discoteca situado en pleno centro de Dublín. Nosotros tuvimos la suerte de pasar nuestro Erasmus en esta increíble ciudad y no os mentimos si os decimos que fue nuestro descubrimiento (y salvación) del año. No hay español que haya pasado por Dublín y que no conozca el Dicey´s.
¿Nos creéis si os contamos que es posible beberse una cerveza o una copa por 2€ en Dublín? Pues sí: en el Dicey’s Garden Club es posible. Los miércoles y los domingos, ¡este bar pone todas sus cervezas y sidras a 2€! También existen otro tipo de ofertas durante toda la semana, por lo que es el sitio perfecto para salir de fiesta si no queréis gastar mucho dinero.
El interior del bar se divide en una parte cubierta y otra al aire libre (pero con estufas). Además, también cuentan con servicio de restauración, así que si entre baile y baile os entra hambre, podéis pediros una hamburguesa o unas patatas para reponeros un poco.
Nuestro consejo es que vayáis antes de las 8 de la tarde, ya que podréis pasar gratis. Si llegáis a las 9h, tendréis que pagar 5€ de entrada y, a partir de las 10h, el precio sube a 10€.
¡Y hasta aquí nuestras recomendaciones sobre Dublín! Si habéis estado en alguno de estos sitios, podéis decírnoslo en los comentarios y contarnos cómo fue vuestra experiencia. ¡Nos vemos la semana que viene!